Daniel 11:28 (Parte c)
11:28 (c)
…hará lo que se proponga y regresara a su país“
Desde Roma se propuso mediante tramas acelerar la decadencia del Imperio de Oriente reduciéndolo gradualmente a un pequeño reducto, dominado en todas direcciones por el poderío turco. En 1453 las tropas Otomanas equipadas con unos poderosos cañones destruyeron las otrora inexpugnables murallas de la ciudad de Constantinopla, llevando al completo colapso del imperio de Oriente.
Occidente tranquilamente “Regreso a su País” pues, aunque la poderosa flota Veneciana estaba presente en Constantinopla y pudo defender la ciudad, ignoro por completo sus llamados de ayuda, autonombrándose neutral en este conflicto y abandonando a su suerte al pueblo Bizantino, aun cuando estos finalmente habían aceptado reconocer la supremacía del Papa.
Mas la caída del Imperio Bizantino y el establecimiento de Constantinopla como la nueva capital Otomana provoco la ruptura de las rutas comerciales en el Oeste, debido a que sus gobernantes eran sumamente antioccidentales.
La estrategia Otomana a partir de su conquista fue favorecer la competencia, evitando el predominio de una nación sobre otra, constituyéndose esta en una constante Otomana en los siglos sucesivos, la búsqueda de un equilibrio de poder entre las naciones comerciantes en sus territorios. Estos incentivaron la competencia Genovesa, afectando los intereses de la flota Veneciana, que erróneamente creyó que al mantenerse neutral y no ayudar al Imperio Bizantino, recibiría cierta preferencia en el comercio internacional.
Mas lo que verdaderamente trastoco el escenario mundial y al comercio, fue sin lugar a duda la terrible Peste Negra o Peste Bubónica que por siglos azoló y causo grandes estragos no solo en Europa, sino en todo el mundo conocido de entonces, causando la muerte de más de una tercera parte de la población en sucesivas oleadas.
Por ejemplo, se le relaciona con el colapso del reinado de los Mongoles que eran los que garantizaban el tránsito por tierra en la ruta de la seda.
La constante expansión Otomana provoco que el comercio decayera aún más, obligando a las potencias Europas a buscar nuevas rutas hacia Oriente y al Imperio Chino, que por más de 1000 años había fascinado a Occidente.
Los portugueses lograron llegar con el primer barco mercante al mar de la China en 1513 dando pie a una cordial relación con la dinastía Ming, al punto que en 1557 el Emperador Chino les entrego Macao en agradecimiento por sus servicios, convirtiéndose este en el primer puesto permanente entre China y Occidente.
Otro gran éxito para el comercio lo obtuvo la Corona Española cuando financiaron al navegante Veneciano Cristóbal Colon en su expedición a las indias, descubriendo y reclamando el inmenso continente americano, ante quien se había erigido como la máxima autoridad en Europa, el Papa. Este concedió la soberanía mediante las llamadas Bulas Alejandrinas.
Por otro lado “haciendo tal como lo había propuesto” la alianza del Papado con la Austriaca Casa Habsburgo en el Sacro Imperio se consolido gracias a las alianzas matrimoniales. Así uno de sus descendientes pudo heredar el dominio más vasto luego de la muerte del Emperador Maximiliano I de Austria.
El 20 de octubre de 1520 ante la tumba de su antepasado Carlomagno el joven príncipe Carlos 1 de Austria (más tarde conocido como Carlos V de España) fue coronado como Emperador, recibiendo como herencia de su abuelo materno Fernando II el católico, la Corona de Aragón, Sicilia y Nápoles, y de su abuela materna, Isabel I la católica, la Corona de Castilla, Canarias y el Nuevo Mundo descubierto, mientras que de su abuela paterna María de Borgoña la corona de los Países Bajos.