La Profecia “Daniel 11”
En las Santas Escrituras podemos ver varios tipos de profecías, algunas ya cumplidas en el pasado, otras cumpliéndose en el presente y también aquellas que se cumplirán en un tiempo futuro. Este análisis llama “La Profecía” a la registrada en el capítulo 11 de Daniel. ¿Por qué? ¿Qué la hace diferente de otras?
Que la mayoría fueron registradas cual destellos proféticos, dentro de otros mensajes divinos como por ejemplo, la registrada en Miqueas 5:2 que anticipo el nacimiento del Mesías en la ciudad de Belén, o la de 1 Tesalonicenses 5:3 que predice un acontecimiento previo al juicio divino, aunque después no deja claro cómo, cuándo y dónde se cumplirá, ni de su relación con otras profecías.
En contraste la profecía de Daniel 11, es diferente desde su origen, ya que según narra el capítulo 10, por voluntad divina un poderoso Ángel entrego al profeta, a pesar de la oposición de otros príncipes espirituales, el conocimiento sobre conflictos entre poderosos imperios y eventos que marcarían a la humanidad desde su tiempo, en el antiguo Imperio Persa hasta los últimos días. Daniel registro y encripto esa serie de profecías encadenadas donde cada versículo se interconecta con el siguiente, formando el más extenso e indivisible conjunto profético y piedra angular del entendimiento.
Daniel 12:4 aseguro que “en el tiempo del fin, muchos la examinaran con cuidado y el conocimiento verdadero se haría abundante”. Este análisis o hipótesis coincide con otras obras publicadas anteriormente en su primera parte y a partir del versículo 25 busca distinguirse, al continuar el análisis en orden cronológico y en armonía con la historia universal hasta su ultimo versículo, considerando lo más importante y prioritario respetar la secuencia de todo el conjunto profético.
Con la bendición de su Autor, busquemos ese conocimiento verdadero sin prisa, versículo a versículo, contraponiendo el entendimiento contra la historia universal, (1 Juan 4:1) en orden cronológico, buscando a sus protagonistas con un criterio de investigación científico, donde el conocimiento siempre es parcial, incierto, indirecto y corregible, evitando que sesgos ideológicos o dogmáticos alteren o contaminen nuestra investigación. Apocalipsis 22:18-19.
¿Soportara el análisis de esta profecía un criterio tan riguroso?
Para los que creemos que su palabra es la verdad, no hay duda. Números 23:19 Isaías 46:10. Juan 17:15-17.
La gloria y la honra vayan a su maravilloso Autor, a nuestro Dios Jehovah y a su amado hijo Cristo Jesús que en su infinito amor se aseguraron de hacernos llegar, al momento justo, este valioso conocimiento.
Luis Felipe G. 11/03/2022