Daniel 11:17
11:17
“Estará resuelto a salir con todas las fuerzas de su reino, y habrá un pacto con él y el hará lo que se proponga. En cuanto a la hija de las mujeres, a él se le permitirá destruirla. Ella no resistirá, y no continuará siendo de él”
El rey del norte, Antíoco III, ‘puso su rostro’ hacia Egipto a fin de conquistarlo “con el vigor de su reino entero”, pero acabó negociando “términos equitativos” de paz con Tolomeo V. La razón fue que ahora aparece en la escena una nueva potencia, Roma a quien los tutores de Tolomeo V habían buscado por protección. Roma aprovechó esta oportunidad para ampliar su esfera de influencia y hacer una demostración de fuerza. Coaccionado por Roma, Antíoco III presentó los términos de un acuerdo de paz al rey del sur.
Pero en vez de entregar los territorios conquistados tal como Roma le había demandado, Antíoco III pensó en transferirlos a su hija Cleopatra (la hija de las mujeres) casándola con Tolomeo V, otorgándole a esta como dote algunas provincias, entre ellas Judá, “la tierra hermosa”.
Sin embargo, aunque la boda se celebró en el año 193 a. E.C., el rey de Siria no dejó que tales provincias pasaran a manos de Tolomeo V. Fue un matrimonio político, concebido para que Egipto quedara sujeto a Siria. Pero el ardid fracasó debido a que Cleopatra I ‘no continuó siendo de él’, pues acabó poniéndose de parte de su esposo. Entonces estalló la guerra entre Antíoco III y Roma, quien entro en su papel de protector de Egipto.