Daniel 11:28 (Parte a)
11:28 (Parte a)
Y el regresará a su país con una gran cantidad de riquezas…
Los alemanes del Sacro Imperio y los normandos de Sicilia siguieron atacando el Imperio Bizantino durante el siglo XII. Federico I Barbarroja (emperador del Sacro Imperio) intentó sin éxito conquistar el Imperio durante la Tercer Cruzada.
Esto género en Constantinopla sentimientos antioccidentales contra las repúblicas italianas de Venecia y Génova, a las cuales Alejo I había concedido derechos comerciales en Constantinopla. En contraste, a los Venecianos les importunaron sobremanera dichas manifestaciones del pueblo Bizantino, teniendo en cuenta que su flota de barcos era la base de la marina Bizantina.
Las riquezas de Constantinopla continuaron atrayendo envidias de occidente, y fue durante la Cuarta Cruzada que finalmente este pudo alcanzar sus objetivos con un efecto devastador sobre el Imperio Bizantino. El imperio de Oriente, en su lucha contra los musulmanes Otomanos, pidió al Papa junto con los reinos de Occidente apoyo militar para recuperar de estos las provincias que le habían arrebatado.
En respuesta el Papa convoco la Cuarta Cruzada, para ayudar a sus hermanos de Oriente. Pero había motivos ocultos, ya que esta Cruzada en vez de alcanzar en Siria a los ejércitos de Bizantinos se dirigió a la capital Constantinopla. Ahí participo en un golpe de estado donde Alejo III Ángelo depuso a Isaac II Ángelo su hermano. El príncipe Alejo (hijo) propuso a los cruzados venecianos pagar la deuda que estos tenían, si a cambio, le ayudaban a recuperar el trono para su padre y a expulsar al usurpador de su tío.
Pero fruto de estas tensiones, un levantamiento popular depuso a Isaac II y a Alejo IV, llevando al poder a Alejo V Ducas, quien no dudó en anular todas las disposiciones y privilegios dados por sus antecesores a los Cruzados, quienes respondieron sitiando nuevamente Constantinopla.
Primero se adueñaron de la ciudad y se resolvieron seguir en ella por la fuerza, eligiendo emperador a Balduino de Flandes. (Alejo IV fue estrangulado en una mazmorra, e Isaac II murió en prisión). Y con el pretexto de que tenían que pagar a las tropas, la tomaron por asalto el 13 de abril de 1204.
Tres días de pillaje y destrucción, bastaron a los ejércitos cruzados para saquear y despojar de manera terrible a la capital de Oriente de sus riquezas y reliquias milenarias, destruyendo y saqueando mansiones, Iglesias, palacios, bibliotecas y hasta la propia basílica de Santa Sofía fue desvalijada. Se ultrajó y asesinó a hombres, niños y mujeres hasta tal punto que el historiador Nicetas consideró que los sarracenos no cristianos habrían sido más indulgentes.
Los tesoros que por siglos albergo Constantinopla fueron arrebatados por los Cruzados, regresando a sus países con gran cantidad de riquezas, mientras que los caballeros expedicionarios y Venecia se repartían las provincias del imperio.
Así termina la historia de estos 2 reyes cuando en la Cuarta Cruzada Occidente logro su tan anhelado sueño al apoderarse, humillar y saquear la ciudad más rica del mundo, Constantinopla.
