Daniel 11:35
11:35
“Y se les hará tropezara a algunos de los perspicaces para hacer una refinación debido a ellos y para hacer una purificación y un blanqueamiento hasta el tiempo del fin; porque esto es todavía para el tiempo fijado”.
No hay duda de que el mayor bien logrado por la Reforma fue que la Biblia se tradujera a los idiomas vernáculos, de la gente común y no solo al Latín, el idioma de la clase clerical. Y gracias a la imprenta, el costo se volvió accesible para muchos. Por primera vez la gente tuvo ante sí toda la Palabra de Dios y al leerla descubrieron que muchas de las enseñanzas practicadas por la religión oficial, no estaban fundamentadas en la biblia.
Con todas las limitaciones de su tiempo, cientos de miles de hombres y mujeres valientes, prefirieron abandonar todas sus posesiones y hasta perder la vida, en vez de traicionar a su Amo Cristo Jesús, conscientes que él les había advertido que serían perseguidos Mateo 24:7. Seguramente en muchos de ellos se cumple lo predicho en Apocalipsis 6:9-11 y 12:11.
Por el contrario, algunos “Perspicaces” lideres reformadores, únicamente se conformaron con sacudirse el yugo de la iglesia católica y marcaron algunas diferencias, pero sin profundizar en el conocimiento divino. En vez de guiar a la gente en la búsqueda del Dios verdadero, muchas de las comuniones religiosas que vinieron a la existencia como resultado del espíritu de la Reforma tenían tintes políticos, y no se desprendieron de las doctrinas antibíblicas, dejando un cuadro torcido de Dios y su propósito en la gente, causando más divisiones.
Refinación, Purificación, y blanqueamiento. Refinar y purificar el oro en la antigüedad se lograba mediante fundirlo lentamente, eliminando el plomo y sus impurezas por ebullición. Este método requería gran destreza, pues si la temperatura subía rápidamente, y sobrepasaba lo adecuado, podría eliminar el oro junto con el plomo, por lo que el refinador debía controlar la temperatura, observando el color de la mezcla.
El uso de estas tres expresiones Refinación, Purificación, y blanqueamiento bajo este contexto dan a entender que el proceso de refinar y purificar la doctrina cristiana no sería algo sencillo, ni rápido, debido en primer lugar, a la gran cantidad de impurezas espirituales introducidas al Cristianismo, y en segundo lugar, por el odio y rencor generado posterior a la reforma. La Refinación en sentido espiritual, debería hacerse lentamente, y seria hasta el “Tiempo del fin o el tiempo Fijado”, cuando se completaría. Este momento corresponde con la época de la siega de la parábola del Trigo y la mala hierba. (Mateo 13:24-30)
Al igual que el versículo 27 afirmo que “El Tiempo del Fin es todavía para el Tiempo fijado”, en el versículo 35 vemos la misma frase nuevamente. ¿Por qué? Porque los eventos de este versículo se presentarían antes del “Tiempo del Fin” quedando este “Tiempo” para un momento futuro. Así que no nos apresuremos, ya que es hasta el versículo 40 donde con claridad el profeta Daniel se ubica en el “El Tiempo del Fin”, restando 4 trascendentales versículos proféticos aún por analizar, antes del “Tiempo del Fin”.
*Con esto concluye el paréntesis marcado por la profecía en torno a asuntos de naturaleza espiritual-religiosa observando en la Europa renacentista, una gran transformación, con un anhelo creciente en busca de romper el yugo de una Iglesia aferrada al poder. (Rev. 17:1-6).