11:37
“No mostrará respeto por el dios sus padres, ni mostrará respeto por el deseo de las mujeres, ni por ningún otro dios, sino que se engrandecerá por encima de todos”.
A los 25 años Isabel 1 fue coronada como reina de Inglaterra, tras la muerte de su hermana María Tudor. Esta pelirroja, esbelta y despierta joven, recibió una educación con sólida formación humanística, proclive al protestantismo. Leía griego, latín, y hablaba perfectamente las lenguas europeas de su tiempo, francés, italiano y castellano.
Y “No mostro respeto por el dios de sus padres” al separarse por completo del catolicismo de sus antepasados y no asumir una actitud militante a favor del protestantismo, como su madre, Ana Bolena. Su indiferencia en la polémica religiosa, hicieron que acabara siendo aceptada tanto por los protestantes como por los católicos. Su política religiosa se enfocó en la consolidación de la Iglesia Anglicana, subordinándola al poder monárquico.
Y tampoco “mostro respeto por el Deseo de las Mujeres”. Desde el principio de su reinado, el estado civil de Isabel fue objeto de preocupación política, dado que su soltería no permitía facilitar herederos al trono. Eric de Suecia, Enrique III, Enrique IV de Francia, el Archiduque Carlos de Austria y el Duque de Alencon, fueron algunos de los pretendientes de la reina.
El mismo rey de España, su excuñado, Felipe II luego de concluir el duelo por muerte de su esposa María, propuso matrimonio a Isabel en 1559. Contrario a las preocupaciones de su padre, el Rey Enrique VIII, para la Reina Isabel I tener herederos, no tenía importancia. El Parlamento le rogaba con insistencia que se casara, pero ella alegó su intención de permanecer soltera, al servicio de Inglaterra, algo por demás inusual en ese momento. Definitivamente al no querer casarse ni tener hijos demostró no tener respeto al deseo de las Mujeres” rehusándose a ser Madre, finalizando a su muerte la dinastía Tudor.
Isabel 1 se enfocó en impulsar las actividades artesanales y manufactureras, actividades enriquecidas por los prófugos políticos y religiosos venidos de los países bajos y Francia. Así pudo crearse la industria nacional de vidrio, cerámica y seda, así como la producción de manufacturas de lana.
Se comenzó a utilizar un nuevo sistema monetario en 1560, que sustituyó a las monedas de plata que se habían desvalorizado considerablemente durante los tres reinados anteriores. A consecuencia de ello, los precios se estabilizaron y se restableció la confianza en la moneda inglesa. Detrás de todas estas actividades se encontraba la figura de Isabel. Las artes vivieron su edad de oro y esplendor de la mano de Marlowe, Ben Jonson y Shakespeare.
Leer más
Pero los complots e intrigas contra ella se sucedían uno a uno, en especial por una católica que tenía derecho al trono, su prima María Estuardo reina de Escocia, quien soñaba con unir su reino con el de Inglaterra. Tras su expulsión de Escocia en 1568, Isabel la recibió en la corte, pero María puso en marcha de inmediato sus planes para derrocar a Isabel, alentada por el Papa Pio V, que en 1570 excomulgo a Isabel en el Concilio de Trento, autorizando a cualquier católico a asesinarla o monarca a destronarla. María encabezo 4 intentos de regicidio, en 1570, 1571, 1582, y tras el último intento en 1586, fue sentenciada a muerte y ejecutada en febrero de 1587.
Isabel finalmente “Se Engrandeció Por Encima De Todos” cuando su excuñado Felipe II obedeciendo la excomunión papal armo la Grande y felicísima Armada del Imperio Español o como la llamaron los ingleses, la Armada Invencible, con el objetivo de desembarcar en Inglaterra, eliminar a Isabel I del trono Ingles, y sentar en el trono a su sobrina, Isabel Clara Eugenia.
El 25 de mayo de 1588, la flota española zarpo con 127 naves, pero fuertes tormentas provocaron el 22 de Julio que más de 40 barcos se perdieran y se separaran de la flota española perdiendo el factor sorpresa, y para el día 29 que llegaron a Fowey, los faros ingleses ya anunciaban su presencia. A pesar de que la armada española navegaba con viento a favor, a barlovento, y de que la flota inglesa se encontraba atrapada en su propio puerto, no aprovecharon esa ventaja.
Los ingleses lograron sacar por la noche 70 naves del puerto de Plymouth, ayudados con botes de remos, rodeando a la Armada Española, colocándose ahora a barlovento, y atacando a los buques de los extremos de la formación española.
Tras la pérdida de 2 navíos importantes, del buque insignia, el San Salvador, y el Nuestra Señora del Rosario, la armada española esperaba la llegada del complemento de la flota, que se esperaba que simultáneamente llegara de los países bajos, con los tercios de Flandes. Los ingleses siguieron presentando combate y el 4 de agosto condujeron sus escuadrones hasta situarse al centro de la armada, que se replegó dirigiéndose al paso de Calais.
Ahora los ingleses lanzaron 8 brulotes, embarcaciones cargadas de explosivos, causando pánico entre los españoles, que, a toda prisa, cortaban los cables de sus anclas, dispersándose hacia el mar del norte. Solo 5 naves permanecieron, rodeadas de las naves inglesas que atacaron a discreción, provocando su rendición. Un empeoramiento repentino en las condiciones meteorológicas, obligo a la armada, a rodear las abruptas y tormentosas costas británicas, dirigiéndose nuevamente a los puertos españoles. A su regreso, el Rey de España, Felipe II dijo: Yo envié a mis naves a pelear contra los hombres, no contra los elementos.
Así Isabel “se engrandeció por encima de todos” defendiéndose exitosamente frente al Papa y al poderoso Imperio Español, por lo que fue contemplada con admiración por sus coetáneos, dedicando el resto de su vida a reforzar la flota militar y mercantil del país. Los conflictos, sin embargo, marcaron los últimos años de su reinado con crisis económicas. La reina tuvo que recurrir a la venta de monopolios, regalías y sus más preciadas joyas.