Daniel 11:6
11:6
“Años después, ellos harán una alianza, y la hija del rey del sur ira a donde está el rey del Norte para establecer el pacto. Pero ella no conservará el poder de su brazo; y él no se mantendrá en pie, ni tampoco su brazo. Ella será entregada, ella y los que la llevaron, y el que causó su nacimiento, y el que la hizo fuerte en esos tiempos”
La profecía no hizo alusión alguna al hijo y sucesor de Seleuco I Nicátor, Antíoco I, pues este no libró ninguna batalla decisiva contra el rey del sur. En cambio, su sucesor, Antíoco II, sostuvo una larga contienda con Tolomeo II, hijo de Tolomeo I. Antíoco II y Tolomeo II constituyeron, respectivamente, el rey del norte y el rey del sur. Antíoco II se casó con Laodice, y ambos tuvieron un hijo llamado Seleuco II.
Tolomeo II, por su parte, tuvo una hija llamada Berenice. En 250 a. E.C., estos dos reyes llegaron a “un Pacto”. A fin de cumplir los términos de esta alianza, Antíoco II se divorció de su esposa, Laodice, y se casó con Berenice, “la hija del rey del sur”, con la cual tuvo un hijo que se convirtió en el heredero del trono de Siria en lugar de los hijos de Laodice.
El poder que la respaldaba o “brazo” de Berenice, era su padre, Tolomeo II. Pero en 246 a.e.c este murió, y ella ‘no pudo retener el poder de su brazo’, cuando su marido Antíoco II la repudió para volver a casarse con Laodice y nombrando sucesor al hijo de esta.
De acuerdo con los planes de Laodice, Berenice y su hijo fueron asesinados, junto con los sirvientes que la habían acompañado desde Egipto, que corrieron con la misma suerte. La ira de Laodice llegó al punto que enveneno a Antíoco II, por lo que el “brazo” o poder de este no subsistió.
Por consiguiente, fallecieron tanto el padre de Berenice —“el que causó su nacimiento”— como su esposo sirio —quien por un tiempo “la hizo fuerte”. La muerte de ambos convirtió a Seleuco II, el hijo de Laodice, en el Rey del Norte Sirio. ¿Cómo reaccionaría el siguiente Rey del Sur Tolemaico?